Tragedia y la Esperanza 101 - Capítulo 3
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Capítulo 3
La Red "recupera" América
Dos hombres, Cecil Rhodes y Lord Milner, desempeñaron un papel clave en la creación y expansión de la Red. Sus acciones cambiaron el mundo para siempre, y por esa razón ninguna descripción de la Red (o de la historia moderna en este aspecto) estaría completa si no los mencionáramos.
De la misma manera, otros dos hombres jugaron un papel clave en colaborar con la Red para alcanzar uno de sus objetivos fundamentales: recuperar el control de los Estados Unidos de América. El primer hombre, Edward Mandell House, era claramente un siervo bien dispuesto y falaz. El segundo hombre, el presidente Woodrow Wilson, ciertamente era un ingenuo bien intencionado. Pero antes de incorporar a estos dos personajes a la historia, vamos a hablar de por qué era necesario para la Red "recuperar" los Estados Unidos y destruir su soberanía política y económica.
Dominación Mundial 101
En todo plan orientado a garantizar la dominación global, siempre hay un elemento no negociable: las naciones soberanas (naciones verdaderamente independientes) son inaceptables. ¿Por qué? Porque la dominación global busca centralizar todo el poder en manos de los potenciales gobernantes. Las naciones independientes obstaculizan su afianzamiento y alteran la cadena de mando.
Esta afirmación puede parecer algo bastante sencillo de entender, pero, dado que rara vez se la reduce a su forma más simple, vale la pena repetirla: para gobernar el mundo, primero se debe destruir la soberanía nacional. Se deben afianzar y controlar las verdaderas palancas del poder, independientemente de las diferentes formas de gobierno de cada país.
Si con "las formas democráticas de gobierno" se puede persuadir a la mayoría a aceptar sus políticas globales, entonces, deben utilizarse las formas democráticas. Si las formas tiránicas de gobierno son más eficaces para alcanzar ese objetivo, entonces habrá tiranía. Si cambiar una forma de gobierno por otra (poniendo de cabeza a las naciones y a las sociedades) brinda la oportunidad para alcanzar los objetivos ... Que así sea. Todo lo que realmente importa es que se controle a los líderes que parecen ostentar el poder y que se pueda dominar o destruir a esos líderes si se les llegara a olvidar (o simplemente no se dieran cuenta) quién es el verdadero jefe.
Esto es lo que Quigley quiso decir cuando afirmó que a los miembros de la Red "los satisface poseer la realidad más que la apariencia del poder".[1] En la medida en que ellos dirigen la maquinaria política y económica de las naciones -en la medida en que pueden destruir la soberanía nacional e imponer sus políticas sobre los ciudadanos del mundo- poseen la realidad del poder. Y para lograr este fin, todo aquello que pueda debilitar la soberanía nacional es su aliado; todo lo que la refuerce es su enemigo.
Por desgracia, como señala Ed Griffin en The Quigley Formula ("La Fórmula Quigley"), a muchas personas les resulta difícil creer que sus muy respetados "líderes" están conspirando para sustraerlos de un gobierno verdaderamente representativo. Después de todo, nuestros líderes cantan constantemente las virtudes del gobierno representativo. Nos dicen que los ciudadanos son soberanos, los electores dirigen las políticas nacionales, y cualquier otra afirmación en sentido contrario es considerada ridícula. Después de una vida de estar escuchando esta versión de la realidad, la idea de una conspiración mundial para destruir la soberanía nacional (que incluiría tanto al gobierno como a los asesores del gobierno) es, comprensiblemente, difícil de aceptar. Pero, a menudo, la mejor arma contra la incredulidad instintiva viene directamente de los propios conspiradores. Por ejemplo, Arnold J. Toynbee (un miembro de alto rango de la Red), dejó pocas dudas al respecto cuando escribió:
Por medio de la presente repito que, en la actualidad, estamos trabajando con discreción pero con todas nuestras fuerzas para arrancar esta fuerza política misteriosa llamada soberanía de las garras de los estados nacionales de nuestro mundo. Y todo el tiempo estamos negando con nuestros labios lo que hacemos con nuestras manos.[2]
Tal como lo descubrió Quigley, el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) no es más que una fachada de la Red.[3] Por esta razón, su posición en relación con la soberanía nacional es predecible. Aquí hay algunas citas muy apropiadas de miembros del CFR tomadas de la página 69 del libro Dinero Deshonesto: Financiando el Camino a la Ruina:
"La casa del orden mundial tendrá que construirse de abajo hacia arriba y no de arriba hacia abajo ... tendrá que acabar con la soberanía nacional, erosionándola pedazo a pedazo, logrará mucho más que la vieja estrategia del asalto frontal." - Richard Gardner, miembro del CFR
"Tendremos un gobierno mundial, nos guste o no. La cuestión es solamente si el gobierno mundial se logrará por consentimiento o conquista."- James Paul Warburg miembro de CFR
"Debe tener lugar algún tipo de debilitamiento ... del sistema de soberanía tal como prevalece en el mundo de hoy... para perjuicio inmediato de las naciones con el predominio del poder ... Los Estados Unidos deben estar dispuestos a realizar sacrificios ... para establecer un orden político-económico mundial." - Foster Dulles, miembro del CFR
El Almirante Chester Ward, un miembro del CFR, que más tarde se convirtió en su duro crítico, resumió el objetivo predominante del CFR de esta manera: "el hundimiento de la soberanía y la independencia nacional de los Estados Unidos en un único gobierno mundial todopoderoso."
Una vez más, no debería sorprendernos esta política hacia la soberanía nacional. El CFR simplemente es una creación de la Red, y, como tal, fue diseñado para ayudar a la Red a alcanzar sus objetivos. Y aunque el CFR es sólo uno de los muchos instrumentos en el arsenal de la Red, es uno de los más poderosos. A pesar de que los miembros del CFR constituyen sólo aproximadamente el 0,0015 por ciento de la población de los Estados Unidos, han ocupado, y en la actualidad ocupan, un porcentaje inexplicablemente elevado de las posiciones más influyentes en nuestra sociedad.
Casi la totalidad del liderazgo de Estados Unidos ha provenido de este pequeño grupo. Eso incluye a los presidentes y sus asesores, los miembros del gabinete, los embajadores, los miembros del consejo de la Reserva Federal, los directores de los bancos más grandes y las casas de inversión, los presidentes de las universidades y los directores de los periódicos metropolitanos, los servicios de noticias y las cadenas de televisión.[4]
Antes de continuar, vale la pena mencionar una razón adicional y muy importante por la que la Red buscó recuperar el control de los Estados Unidos: así como el gobierno británico se convirtió en un poderoso instrumento en la caja de herramientas de la Red, los Estados Unidos ofrecían una oportunidad aún mejor. Al tomar el control de la política exterior, la Red ahora podría tener acceso a los recursos militares, económicos, políticos de América aun sin explotar. Podría utilizar esos recursos para continuar con lo que tan sólo se puede describir como su proyecto de destrucción de la soberanía. Como un beneficio adicional, podría ligar las consecuencias políticas y la deuda ineludible a los Estados Unidos. Y eso es exactamente lo que ha hecho.
Por ejemplo, desde su fundación en 1947, la CIA (una creación de la Red)[5] ha sido utilizada para desestabilizar y derrocar furtivamente a docenas de naciones que no cooperan[6] mientras que se ha utilizado al ejército de los Estados Unidos (controlado por los políticos que son dominados por la Red) para derribar decenas de gobiernos, directamente. Una vez más, los costos y los efectos negativos de rebote recaen sobre los Estados Unidos; los beneficios van a la Red. Es cierto que los Estados Unidos disfrutan del "beneficio" de verse sumamente poderosos, pero eso es sólo una broma cruel. Cuando la Red esté satisfecha con la eliminación de todos los principales obstáculos para su gobierno no elegido, destruir el dólar de los EE.UU., cortar "justificadamente" el flujo de dinero y crédito a los Estados Unidos, y crear el incentivo político (necesidad) de los Estados Unidos para entrar plenamente al nuevo sistema global, será algo muy simple de hacer.
Obviamente, ninguna de las acciones de la Red hasta este punto (y ninguno de sus planes para el futuro) hubiera sido posible sin apoderarse primero de las palancas del poder en los Estados Unidos. Así que, por ahora, volvamos a los dos hombres que lo hicieron posible.
Un Siervo Bien Dispuesto y Falaz
Un hombre poco atractivo y físicamente promedio está de pie, solo y deprimido, bajo un roble en la prestigiosa Academia Militar de West Point. Es el día de la graduación. A lo lejos, sus compañeros (la clase 1920) esperan con ansiedad su oportunidad para dirigir el ejército y el mundo libre del siglo XX. El presidente de los Estados Unidos, su secretario de Defensa, y otros distinguidos invitados se hicieron presentes para presenciar el evento, y esto se suma a lo que la mayoría considera como una atmósfera por demás embriagadora. Todos están llenos de entusiasmo y de propósito ... todos, excepto el hombre que se encuentra debajo del roble.
A diferencia de sus compañeros, ha estado prestando atención al mundo que lo rodea. Ha estudiado cómo la influencia insidiosa de la riqueza sin límites ha desgarrado el tejido mismo de la nación. Incluso el propio ejército se había convertido en poco más que una prostituta en las últimas décadas, obligado a servir los intereses de aquellos que habían acumulado riquezas "superando todos los límites de la necesidad."
En silencio, sueña en un "muy-deseado estado de la sociedad", construido sobre los principios del "socialismo soñado por Karl Marx."[7] Nuestro héroe, un "hombre magistral de intelecto prodigioso," está resuelto a acelerar "un ajuste revolucionario" a la sociedad estadounidense.[8] Sin embargo, antes de que pueda arreglar la república, primero tiene que destruirla. Debe derribar el gobierno, declararse dictador, y triturar ese documento "obsoleto" y "vulgar" en el que se fundó la república (la Constitución de los Estados Unidos.) Sólo él decidirá las leyes de la nación ... Él se asegurará de que los "deseos del pueblo" se satisfagan de la mejor manera[9] (a menos que, por supuesto, algunas personas deseen resistirse a sus edictos. Ellos no tendrán representación. Ellos serán aniquilados. Asimismo, no se tolerará el ejercicio de la libertad de expresión en contra de las políticas del dictador.[10]
Si usted ha estado revisando las notas a pie de página de los últimos párrafos, habrá notado múltiples referencias a un libro titulado Phillip Dru: Administrator. Es una novela, publicada originalmente (de forma anónima) en 1912. ¿Por qué esa referencia a esta novela, usted se pregunta? Porque podemos aprender mucho sobre el "siervo bien dispuesto y falaz" (Edward Mandell House) a partir del mensaje anti-estadounidense del libro.
Para recapitular brevemente: Phillip Dru: Administrator es la historia de un hombre "intelectualmente superior" que conspira para derrocar al gobierno de los Estados Unidos, asume poderes dictatoriales, y allana el camino para el socialismo soñado por Karl Marx. Nuestro héroe de "buen corazón", junto con otros personajes del libro, llega a la conclusión que, simplemente, las personas son incapaces de determinar su propio interés. Por lo tanto, es necesario realizar "un ajuste revolucionario" de su gobierno (ya sea que les guste o no). El héroe y sus compañeros de conspiración se propusieron rehacer a los Estados Unidos según sus propios deseos, y tuvieron éxito.
Si aún no lo ha adivinado, Phillip Dru: Administrator fue escrito por el mismísimo Edward Mandell House[11] En el libro, House argumenta que la dictadura es necesaria porque los ricos y poderosos han tomado el control, y están usando su poder contra los pobres y los menos favorecidos. Para entender todo lo cínicamente vergonzoso que es, tome en cuenta el hecho de que la propaganda de House estaba destinado a fortalecer, no a debilitar, a los mismos individuos "ricos y poderosos" que su libro condenaba.
Nota al margen: Ésta es una de las tácticas más comunes empleadas por la Red para manipular la opinión pública. Señalará una injusticia (a menudo causada por la propia Red), incita una tormenta emocional, y, en el apogeo de la histeria, ofrece una solución que promueve su propia agenda.
Quizás ésta sea la razón por la que House publicó anónimamente su novela. Habría sido muy difícil interesar a los lectores con su historia de enfrentamiento con la élite si hubieran sabido que el autor era "uno de los primeros en ser 'el poder en la sombra' de la política america moderna."[12] En todo caso, vale la pena leer el libro, no por su valor de entretenimiento (ya que no está bien escrito), sino porque es una lectura breve que ofrece muchas ideas sobre la facilidad con la que un puñado de hombres puede manipular un sistema democrático de gobierno. Algunos ejemplos notables incluyen:
- Cómo un senador puede pretender representar a los ciudadanos que votaron por él, cuando en realidad representa a los "intereses especiales" por los que había sido elegido para combatir (página 35)
- Cómo los miembros del poder en las sombras, antes de apoyar activamente a un candidato, se aseguran que el candidato comprometido elegirá sus "asesores" de la lista aprobada por ese poder (página 38)
- Si un funcionario títere se pasa de la raya, cómo someterlo para volverlo a controlar (hacer que la prensa lo ataque y que las otras marionetas poderosas del gobierno hagan lo mismo (página 46)
- Cómo usar la facultad reglamentaria del gobierno para cobrar los tributos y canalizar el dinero de los impuestos a las empresas que usted elige. Cómo ser "generoso" con el dinero de otras personas y usar esa generosidad para fortalecer su posición en el poder político (página 94)
El libro incluso hace algunos comentarios despectivos sobre el electorado. Por ejemplo, al describir uno de los principales instrumentos usados para manipular a los funcionarios elegidos, nos enteramos que la prensa "puede construir o destruir la carrera legislativa y política de un hombre, y los débiles y los vanos y los hombres con falsa conciencia que las personas, en su fatua indiferencia, eligen para redactar sus leyes, rara vez evitan sucumbir a esta sutil influencia" (página 120).
Como ya se ha mencionado, el mismo House era un poder en la sombra. Sus conexiones con la Red le dieron el poder para favorecer o arruinar a políticos ambiciosos, y él ejerció este poder con gran habilidad. Antes de volver su atención al ámbito nacional, a House se le atribuye haber ayudado a cuatro diferentes candidatos a obtener la gobernación de Texas.[13] Pero de todos los candidatos que House logró crear, ninguno le rindió mejores beneficios que Woodrow Wilson.
Cuidadosamente seleccionado y manipulado, House usó a Wilson para crear los dos mecanismos de financiación esenciales para el "ajuste revolucionario" ideado por la Red para cambiar la sociedad estadounidense. Más específicamente: antes de la elección de Woodrow Wilson, la Red no poseía el poder de gravar con impuestos los ingresos de los ciudadanos de los Estados Unidos o de controlar la oferta monetaria de la nación. Poco después de asumir el cargo, Wilson convirtió ambos poderes en leyes. Más que nada, esto le permitió a House y a la Red alejar a los Estados Unidos de la soberanía y acercarla a la servidumbre.
El profesor Thomas J. Knock ofrece esta visión aguda de la importancia del libro de House, Philip Dru: Administrator:
Philip Dru merece nuestra especial atención aunque sólo sea por la profética auto-exposición de su autor. Claramente, lo que impulsaba a House en la vida era influir en el curso de la historia. Hasta cierto punto, tuvo éxito ... Estaba en lo cierto cuando escribió: "Yo era como un espíritu sin cuerpo en busca de una forma corpórea. Encontré mi oportunidad en Woodrow Wilson."[14]
Woodrow Wilson, un Ingenuo con Buenas Intenciones
Antes de seleccionar un candidato para un trabajo en particular, la Red debe investigar cuidadosamente a ese candidato. Obviamente, esto no es un problema para aquellos que tienen agencias de inteligencia y otros recursos de investigación a su disposición. Fácilmente se puede recolectar una gran cantidad de información personal de cualquier individuo[15] y, si el individuo se ve prometedor, un reclutador (como Mandell House) sabrá exactamente qué botones apretar para atraer y manipular al nuevo recluta. Lo estaríamos subestimándolo ampliamente si dijéramos que Wilson le debió parecer muy prometedor a la Red. Mucho antes de que House[16] lo seleccionara para la presidencia, él había demostrado su lealtad a los ideales del gobierno global y al socialismo así como su desprecio por la Constitución de los Estados Unidos.
En su libro Para terminar con todas las guerras: Woodrow Wilson y la búsqueda de un nuevo orden mundial, Thomas J. Knock (un partidario de Wilson) proporciona una visión detallada de la mente de Wilson. Las similitudes entre Wilson y el llamado héroe de Philip Dru: Administrator son muy preocupantes. Suponiendo que la Red pretendiera establecer un gobierno mundial centralizado, difícilmente podría haber encontrado un mejor paladín que Woodrow Wilson.
Ya en 1887, Wilson había escrito sobre una "confederación" de imperios[17] y había expresado su acuerdo con la idea central detrás del socialismo de Estado. Esa idea, escribió, es que "no hay ninguna línea entre los asuntos privados y públicos que el Estado no pueda cruzar a voluntad ... es muy claro que en la teoría fundamental el socialismo y la democracia son casi, si no totalmente, una y la misma cosa."[18]
En opinión de Wilson, el gobierno de los Estados Unidos necesitaba avanzar hacia un control socialista centralizado y el poder ilimitado a fin de detener "el engrandecimiento de las grandes corporaciones que amenazaban con tragarse, no sólo a los individuos y a las pequeñas empresas, sino también al propio gobierno democrático." Wilson pasó a condenar "el individualismo equivocado y egoísta" y a proclamar que "todos necesitamos considerarnos socialistas." Vio que el poder concentrado, al que no se le pedía rendición de cuentas, le había permitido a "los ricos y poderosos unirse contra los pobres y débiles", y era hora de que el gobierno "dejara de lado" la timidez y "se convirtiera en una agencia para llevar adelante la reforma social y tomar el control político."[19]
Cada uno de estos argumentos es casi idéntico a los del héroe de ficción de House. Pero, a diferencia de House (quien usó los argumentos engañosamente, para justificar su creciente poder), Wilson probablemente creía que sus soluciones debilitarían las fuerzas monopólicas contra las que se manifestaba. Y, si era así, esto volvía a Wilson mucho más valioso para la Red que el típico político falso que diría cualquier cosa a cambio de un cheque y algo de poder. Wilson construiría, de manera abierta y apasionada, lo que la Red nunca podría construir públicamente por sí misma.
Pero como si estos aspectos de la personalidad y la ideología de Wilson no fueran suficientes, había una última ventaja que la Red podría explotar: Woodrow Wilson era un hombre de imponente arrogancia e hipocresía. No se resistía a la creación de un poder imperial, siempre y cuando estuviera dirigido por las "personas adecuadas" (como él, sin duda) y siempre que se lo utilizara para las "razones correctas" (qué él mismo determinaría) En el caso de los Estados Unidos, declaró, "creo que Dios sembró en nosotros visiones de libertad ... somos los elegidos ... para mostrarle a las naciones del mundo cómo deben transitar por los caminos de la libertad."[20]
Al igual que con la mayoría de los políticos, cuando Wilson utiliza el pronombre "nosotros" (como en "somos elegidos"), habría sido más honesto si hubiera usado el pronombre "yo." Más precisamente: sentía que Dios lo había elegido para garantizar la libertad mundial por la fuerza, y hay al menos una referencia proporcionada por Sigmund Freud, donde Wilson abandona todo subterfugio retórico:
Dios ordenó que yo debía ser el próximo Presidente de los Estados Unidos. Ni usted ni ningún otro mortal podría haberlo evitado.[21]
Otras citas aclaran aún más la fuerza del ego de Wilson. Por ejemplo, en su diario confidencial, escribió: "Por qué la generación actual no podría escribir, a través de mí, su autobiografía política".[22] En un discurso que dio como presidente (4 de julio, 1914), Wilson proclamó que el papel de los Estados Unidos era ser "la luz que brillará por todas las generaciones y guiará los pasos de la humanidad hacia las metas de justicia, libertad y paz."[23] Y, para lograrlo, Wilson comprometió generosamente "cada dólar" de la riqueza de América, "hasta la última gota de su sangre," y toda la "energía de su pueblo."[24]
Incluso Henry Kissinger observó la "presunción de Wilson":
En opinión de Wilson, no había ninguna diferencia esencial entre la libertad de América y la libertad del mundo ... desarrolló una extraordinaria interpretación de lo que George Washington realmente había querido decir cuando advirtió sobre los peligros de intervenir en el exterior. Wilson redefinió "exterior" de una manera que seguramente habría sorprendido al primer presidente. Lo que Washington quiso decir, según Wilson, era que los Estados Unidos debía evitar enredarse en los propósitos de otros países. Sin embargo, Wilson argumentó que, nada de lo que se refiere a la humanidad "puede sernos ajeno o indiferente." Por lo tanto, Estados Unidos tenía carta blanca para involucrarse en el extranjero ... Qué extraordinaria presunción derivar una carta blanca para la intervención global del mandato de uno de los Padres Fundadores contra la intervención en el exterior, y elaborar una filosofía de la neutralidad que ¡hizo que la participación en la guerra fuera inevitable![25]
El deseo de Wilson de crear una estructura de poder global que "ninguna nación" o "combinación de naciones" pudiera rechazar,[26] junto con su complejo de mesías, proveyó los ingredientes psicológicos perfectos para convertir al hombre en un idiota útil.[27] Servando Gonzales resumió a la perfección la ecuación final: "Wilson era un hombre intoxicado con el sentimiento de su propia importancia y relevancia histórica" y, como tal, podía ser "manipulado fácilmente por cualquier oficial de inteligencia entrenado (como Edward Mandell House)."[28]
La evidencia sugiere que eso es exactamente lo que sucedió. La Red no tenía ninguna razón para revelarle a Wilson su propia existencia o sus planes acerca del Nuevo Orden Mundial. Por el contrario, tenía todas las razones para hacerle creer que la cruzada por un gobierno global era su idea, su propósito divino, para "hacer del mundo un lugar más seguro para la democracia".
En su libro, La Nueva Libertad, Woodrow Wilson habló en contra de un poder monopólico de sombras que habría estado ejerciendo una influencia indebida en los Estados Unidos. Él escribió:
Desde que entré a la política, los hombres me han confiado privadamente sus puntos de vista. Algunos de los hombres más grandes en los Estados Unidos en el campo del comercio y la manufactura tienen miedo de alguien, tienen miedo de algo. Ellos saben que hay un poder en algún lugar tan organizado, tan sutil, tan vigilante, tan entrelazado, tan completo, tan penetrante, que prefieren hablar en voz baja cuando lo están condenando.[29]
Qué irónico que ese mismo poder "organizado, vigilante, y penetrante" es el que puso a Woodrow Wilson en la Casa Blanca ... y esto nos conduce a otra parte muy importante de la historia.
Suponiendo que aceptamos el hecho de que Wilson era un ingenuo, y de que fue utilizado cínicamente por la Red para promover su agenda ya establecida, todavía no hemos abordado la estafa más impresionante: el que, en primer lugar, la Red logró engañar con éxito a millones de estadounidenses para que lo eligieran.
El Engaño Electoral
Pocos electores se detienen a pensar cómo inicialmente llegan a conocer "sus" candidatos para presidente. Si un hombre extraño llamara a sus puertas y les dijera "yo soy un candidato a la presidencia de los Estados Unidos," no hay casi ninguna posibilidad de que lo vieran como un candidato legítimo. Sin embargo, si se encuentran exactamente al mismo candidato en los principales instrumentos de propaganda de la Red (radio, prensa o televisión), sin pensarlo, su reacción es muy diferente. De repente, el desconocido merece que se lo considere seriamente.
Esto es a lo que Bernays se refiere como "uno de los principios más firmemente establecidos de la psicología de masas", y la Red aplica ese principio con maestría. En esencia, es lo siguiente: la gran mayoría de las personas acepta la idea de que hay individuos y organizaciones "confiables" que pueden pensar por ellas.
En el caso de las elecciones, la gente confía en los llamados medios creíbles para reducir sus opciones a los candidatos de primer nivel. Sigue un espectáculo político de segunda y, al final, los electores eligen a quienes desean tener en el gobierno. Sin embargo, su elección no es cómo ellos creen. Claro, técnicamente están eligiendo a quien prefieren, pero están eligiendo de una lista de candidatos que se eligió previamente para ellos.
Lamentablemente, este truco funciona igual de bien hoy como hace cien años. Y a menos que éste se convierta en un concepto ampliamente entendido, va a seguir funcionando cien años más. Volviendo a Bernays, en su libro Propaganda:
Las campañas políticas de hoy en día son todas un espectáculo de feria, todos los honores, toda la grandilocuencia, el brillo, y los discursos. En su mayor parte, no están relacionadas con la cuestión principal de estudiar científicamente al público, proveerle un partido, un candidato, una plataforma ... y venderle estas ideas y productos.
En pocas palabras: sin el apoyo de la Red, un candidato será un don nadie en la elección. No podrá hacer otra cosa más que mendigar de puerta en puerta buscando el dinero necesario para echar a andar una (casi irrelevante) campaña publicitaria. Sin embargo, con el respaldo de la Red, el candidato puede contar con millones de dólares en donaciones de campaña, una larga lista de respaldos fiables, y una cantidad casi incalculable de exposición a través de los instrumentos de propaganda de la Red. (En el improbable caso de que surja un candidato verdaderamente independiente, con el dinero o con un número de seguidores suficientemente grande para ganar algo de terreno, la Red simplemente usará sus instrumentos para desprestigiar y aislar al candidato y a sus partidarios.)
Para ser claros, esto no quiere decir que los candidatos respaldados por la Red estén necesariamente involucrados en el engaño electoral. "Presidente de los Estados Unidos" es un cargo que menos de cuarenta y cinco hombres han ocupado. El deseo de unirse a las filas de un club tan exclusivo, con todas sus ventajas concomitantes, sin duda es muy verdadero. Incluso, los candidatos podrían estar sinceramente en desacuerdo con algunas posiciones de sus oponentes. De hecho, es incluso mejor si lo están. (Las peleas sin sentido entre ellos, y la histeria partidaria que provocan en el público, contribuyen a crear la ilusión general de la elección.) Sin embargo, en lo tocante a las cuestiones que más preocupan a la Red, cada candidato patrocinado es prácticamente idéntico en valor.
La belleza de este sistema está en su sencillez. La Red busca candidatos talentosos con potencial, lleva a cabo las necesarias verificaciones de antecedentes, y, después de transmitirles sus expectativas, ofrece su vital ayuda a un puñado de candidatos. Después de algo de "grandilocuencia, brillo, y discursos," el público elige entre los productos (partido, candidato, y la plataforma) que se les presentaron.
Ahora, rápidamente vamos a desarrollar un poco cómo y por qué la Red derrocó al presidente en ejercicio William Howard Taft e instaló a Woodrow Wilson.
Resumen del Golpe de Estado de 1912
La elección de 1912 presentaba una oportunidad increíble para la Red. Aunque William Howard Taft había servido bien a los conspiradores (por aceptar abiertamente la idea de renunciar a la soberanía de Estados Unidos y apoyar el mecanismo de financiación largamente deseado por la Red, el impuesto sobre la renta[30], no apoyó la medida más importante de todas. Se negó a apoyar el plan de Nelson Aldrich de entregar el dinero de la nación a la Red con la creación de un banco central.[31] Dado que el banco central era necesario para dominar realmente a los Estados Unidos, el rechazo de Taft al plan Aldrich constituyó una enorme transgresión. Pero había un remedio, y el nombre del remedio era Woodrow Wilson.
Wilson había hecho más que "aceptar abiertamente la idea de renunciar a la soberanía nacional", había desarrollado una obsesión casi fanática con esa idea. No habría ningún problema para que evangelizara con pasión el Nuevo Orden Mundial en nombre de la Red.
Tampoco habría ningún problema para hacer que Wilson firmara la legislación del impuesto sobre la renta, esa estafa ideada por la Red. (El impuesto sobre la renta se vendió como una forma de castigar a los ricos y enriquecer a los pobres. En realidad, el impuesto simplemente extrae dinero de los ciudadanos de los Estados Unidos y lo vuelca directamente en los proyectos y los bolsillos de la Red.)
Por último, pero no menos importante, sería mucho más fácil lograr el control de la oferta monetaria de la nación con Wilson en la Casa Blanca. Por una sola razón: Wilson admitió que realmente no entendía nada sobre el sistema bancario central,[32] y eso era algo muy conveniente. La Red podría proporcionar todos los asesores "correctos", quienes podrían dirigir la creación, de principio a fin, del llamado Sistema de la Reserva Federal.
Otra razón por la que el banco central sería más fácil de lograr con Wilson es que todo el asunto se había enmarcado, con éxito, en términos partidistas. Es decir, un plan anterior para un banco central había sido formulado por un senador republicano llamado Nelson Aldrich. Como todo el mundo sabía que Aldrich era un infiltrado de la Red, la legislación fue rechazada por los demócratas por llevar su nombre. (Por esta razón, en gran parte se creyó que los demócratas habían protegido al hombre común de otro ardid republicano en favor de las grandes empresas.)
Con el pueblo convencido de que los demócratas lo habían protegido, cualquier otro plan de banco central presentado bajo una administración demócrata despertaría menos sospechas. La Red podría simplemente sacar el nombre de "Aldrich," envolver la legislación con alguna retórica progresista, y vender exactamente lo mismo con Wilson y su administración demócrata actuando como su vendedor de confianza. (Al igual que con el impuesto sobre la renta, el banco central se presentaría como una forma de "proteger al pueblo" de los ricos y poderosos. En verdad, realizaría exactamente lo contrario.)
Nota al margen: La cuestión del banco central es tan crucial para el plan de la Red para dominar el mundo que he escrito un libro entero sobre el tema[33] Una parte considerable del siguiente capítulo estará dedicado a este tema, pero, por ahora, esto es lo Quigley dijo sobre lo que la Red pretende crear con su poder bancario central:
... Un sistema mundial de control financiero en manos privadas capaz de dominar el sistema político de cada país ... El ápice del sistema sería ... un banco privado en manos de y controlado por los bancos centrales del mundo los que serían, a su vez, empresas privadas. Cada banco central ... buscará dominar su gobierno con su capacidad para controlar los préstamos del Tesoro, manipular las bolsas extranjeras, influir en el nivel de actividad económica del país, e influir en los políticos dispuestos a cooperar a cambio de posteriores recompensas económicas en el mundo de los negocios.[34]
Como un recordatorio rápido, Quigley no está adivinando las intenciones de la Red. Él habla con la autoridad de un hombre que, en sus propias palabras, conoce "las operaciones de esta red", porque "la estudió durante veinte años, y durante dos años, a principios de la década de 1960, se le permitió examinar sus documentos y registros secretos."[35]
Por lo tanto, cuando se compara el candidato republicano, Taft, con el candidato demócrata, Wilson, no había ninguna duda sobre quién era el favorito de la Red. Se tomó la decisión, Mandell House visitó a Wilson, y comenzó el proceso de preparación de Wilson para la presidencia.
En noviembre de 1911, Wilson se reunió con el Coronel Edward Mandell House, uno de los primeros en hacer y deshacer gobiernos de la política americana moderna. "Casi desde el principio," el coronel recordaría más tarde, "nuestras mentes vibraron al unísono." Wilson coincidió con él: "El señor House es mi segunda personalidad ... Sus pensamientos y los míos son uno."[36]
James Perloff describe una siguiente reunión en la sede del Partido Demócrata en Nueva York:
Wilson recibió un "curso de adoctrinamiento" de los líderes allí reunidos, y aceptó, en principio, hacer lo siguiente si resultaba elegido:
- Apoyar la Reserva Federal que había sido planeada [banco central];
- Apoyar el impuesto sobre la renta;
- Recibir consejo si estallaba la guerra en Europa;
- Recibir consejo sobre quién debía integrar su gabinete.[37]
Como se ha mencionado en la nota a pie de página 16, House jaló todos los hilos necesarios para asegurarse de que la nominación demócrata a la presidencia recayera en Wilson. Pero con lo impresionante que tal nivel de influencia pude llegar a ser, todavía quedaba un largo camino por recorrer para poner un hombre en la Casa Blanca. Y, por desgracia para la Red, Taft era el favorito para ganar la elección frente a su candidato preferido. No era un problema en lo absoluto.
Quiso la "suerte" que la Red encontrara otro candidato con posibilidades para ir en contra de Taft. No era cualquier candidato, eso sí, pero un ex presidente republicano de dos mandatos. Y no dos mandatos presidenciales republicanos cualquiera, sino el mismo presidente republicano que Taft había reemplazado en 1909: Teddy Roosevelt.
Era un movimiento estratégico brillante. La razón más obvia era que, diez meses antes de las elecciones de 1912, Roosevelt había expresado su disposición a apoyar el plan Aldrich.[38] Por lo tanto, si Wilson o Roosevelt ganaban, la Red podría tener su banco central. Pero la razón más obvia no es la única o la que mejor explica por qué la Red vertió más de diez millones de dólares[39] (ajustados a la inflación) en la campaña de Roosevelt. Claro, Roosevelt era aceptable, pero la Red todavía prefería a Wilson. Y, dividiendo el voto, podrían tenerlo. Perloff explica:
Las encuestas mostraban al actual presidente Taft como un claro favorito sobre el rígido profesor de Princeton. Por lo tanto, para dividir el voto republicano, la [Red] puso dinero en Teddy Roosevelt por el Partido Progresista. JP Morgan and Co. era la columna vertebral financiera de la campaña de Roosevelt. La estrategia tuvo éxito. Los votos republicanos se dividieron entre Taft y Roosevelt y Woodrow Wilson se convirtió en el presidente con sólo el cuarenta y dos por ciento del voto popular.[40]
Los resultados completos de la elección 1912 fueron los siguientes: Wilson recibió el 41,8 por ciento de los votos, Roosevelt recibió el 27,4 por ciento, y Taft recibió sólo el 23,2 por ciento[41] ¿Cómo puede llegar a aceptarse algo así? William Howard Taft, un hombre que podría haber ganado cómodamente las elecciones con una gran mayoría, terminó en último lugar en una carrera de tres, con dos candidatos manufacturados de la Red. House lo resumió de esta manera: "Wilson fue elegido por Teddy Roosevelt"[42] El resto, como dicen, es historia.
Después de la elección, House procedió a ocupar los puestos importantes en el gabinete del presidente con los mejores asesores que la Red tenía para ofrecer. Condujo las decisiones de la política de Wilson como un "espíritu sin cuerpo" que había "encontrado su oportunidad" de darle forma al mundo con las manos de Wilson.
Antes de terminar 1913, el impuesto sobre la renta sería ley. Antes de finalizar 1913, el banco central sería una realidad. Estos nuevos instrumentos le proporcionaron a la Red la financiación y la influencia que necesitaba para acelerar en gran medida su proyecto de destrucción de la soberanía. Pero, por sí solos, estos logros no proporcionarían las mejores oportunidades para poder sacar provecho de la cruzada evangélica de Wilson de "hacer el mundo seguro para la democracia." Sólo una guerra mundial larga y prolongada, con financiación garantizada por los nuevos instrumentos, podría lograrlo.
Una vez más, como una cosa de suerte, esa oportunidad se presentó poco después de que Wilson asumiera el cargo. La Primera Guerra Mundial proporcionó el impulso político para el primer intento importante de la Red para establecer un gobierno mundial (la Sociedad de las Naciones). Y aunque no fue tan exitoso como podrían haberlo esperado, la Sociedad de las Naciones, junto con todos los otros "instrumentos" que salieron a la luz con Wilson, sentó las bases para hacer posible todos los avances de la Red en los pasados cien años.
Notas
[1] The Anglo-American Establishment, página 4 ↩
[2] Arnold J. Toynbee, escrito en la edición de Noviembre 1931 de InternationalAffairs, citado por G. Edward Griffin en The Quigley Formula, http://youtu.be/ynVqPnMQ2sI?t=42m33s ↩
[3] Tragedy and Hope, páginas 952 y 955 ↩
[4] The Creature from Jekyll Island, página 110 ↩
[5] Al anterior Presidente del CFR, Allen Dulles, se le atribuye la creación de la CIA (The Secret History of the CIA, Joseph Trento, página 44). Dulles pasó a ser el director de la CIA, y la usó para derrocar gobiernos y para llevar acabo otras operaciones altamente ilegales y nada éticas que servían a los intereses de la Red (lea Wikipedia, Allen Dulles). ↩
[6] Ver "Covert US Regime Change Actions" en JoePlummer.com/bonus-material ↩
[7] Philip Dru: Administrator, página 24 ↩
[8] Philip Dru: Administrator, página 31 ↩
[9] Philip Dru: Administrator, página 107 ↩
[10] Philip Dru: Administrator, página 74 ↩
[11] Wikipedia, Philip Dru: Administrator ↩
[12] Según está citado en To End All Wars: Woodrow Wilson and the Quest for a New World Order, página 20 ↩
[13] Wikipedia, Edward M. House ↩
[14] Según está citado en To End All Wars: Woodrow Wilson and the Quest for a New World Order, página 21 ↩
[15] En su libro NATO's Secret Armies, Daniel Ganser hace referencia a uno de los "mandamientos" de la CIA en lo que respecta al reclutamiento de leo individuos. "Cuando ... se considera y analiza al candidato para su posible contratación - use todas las fuentes y medios de control posibles ... y verifique con: policía, escuelas, sociedades, lugares de trabajo, amigos, familiares, vecinos, escuche conversaciones privadas, realice registros domiciliarios. Necesita realizarse una vigilancia continua y prolongada del candidato antes de que sea contratado." NATO's Secret Armies, página 186 ↩
[16] Según está citado en The Creature from Jekyll Island, página 240, pié de página 1: "The Columbia Encyclopedia (Tercera Edición, 1962, p. 2334) dice que la nominación del Partido Demócrata fue para Wilson cuando William Jennings Bryan lo respaldó a él 'cuando Edward M. House se lo solicitó.'" ↩
[17] To End All Wars: Woodrow Wilson and the Quest for a New World Order, página 12 ↩
[18] Según está citado en To End All Wars: Woodrow Wilson and the Quest for a New World Order, página 7 ↩
[19] Según esta citado en To End All Wars: Woodrow Wilson and the Quest for a New World Order, página 7 ↩
[20] Según está citado en To End All Wars: Woodrow Wilson and the Quest for a New World Order, página 11 ↩
[21] Según está citado en Woodrow Wilson, a Psychological Study, página xi ↩
[22] Según está citado en Psychological Warfare and the New World Order, página 52 ↩
[23] Según está citado en To End All Wars: Woodrow Wilson and the Quest for a New World Order, página 20 ↩
[24] Según está citado en To End All Wars: Woodrow Wilson and the Quest for a New World Order, página 96 ↩
[25] Diplomacy, página 48 ↩
[26] Según está citado en To End All Wars: Woodrow Wilson and the Quest for a New World Order, página 112 ↩
[27] Wikipedia, "useful idiot": "En la jerga política, useful idiot es un término peyorativo para quienes son percibidos como propagandista de una causa cuyas metas ellos no conocen, y que son usados cínicamente por los líderes de la causa." ↩
[28] Psychological Warfare and the New World Order, página 53 ↩
[29] Del libro de Woodrow Wilson, The New Freedom ↩
[30] Wikipedia, William Howard Taft ↩
[31] The Creature from Jekyll Island, página 451 ↩
[32] The Creature from Jekyll Island, página 459 ↩
[33] Lea Dishonest Money: Financing the Road to Ruin ↩
[34] Tragedy and Hope, página 324 ↩
[35] Tragedy and Hope, página 950 ↩
[36] To End All Wars: Woodrow Wilson and the Quest for a New World Order, página 20 ↩
[37] The Shadows of Power—The Council on Foreign Relations and the American Decline, página 27 ↩
[38] The Creature from Jekyll Island, página 455 ↩
[39] The Creature from Jekyll Island, página 453 ↩
[40] The Shadows of Power—The Council on Foreign Relations and the American Decline, página 27 ↩
[41] Wikipedia, 1912 presidential campaign ↩
[42] The Creature from Jekyll Island, página 453 ↩
-- Capítulo 1 - Democracia
-- Capítulo 2 - Poder detrás del trono
-- Capítulo 3 - La Red se apodera de América
-- Capítulo 4 - Dinero: El instrumento definitivo
-- Capítulo 5 - El problema - la solución
-- Capítulo 6 - Los Gobernantes se Representan a Sí Mismos
-- Capítulo 7 - Hundir a la Liga - Elevar los fascistas
-- Capítulo 8 - Hombres Falsos y Conspiradores
-- Capítulo 9 - Revisitando la Realpolitik
-- Pensamientos Finales / Lecturas recomendadas